El nuevo frente nacional


Por estos días el debate político está en su punto de efervescencia más alto, algunos haciendo un proselitismo pulcro a la luz de los ciudadanos del común y otros, pues no tan pulcro, lastimosamente.  Pero es que pareciera que colombianos no aceptaran los cambios que traerían una mejora a la vida de cada quien, porque quienes proponen esos cambios son tildados con lo peor, de una manera vil por quienes han estado en el poder por décadas ¿Para qué? Creo que la pregunta sobra: No quieren soltar la mina de oro que les representa el poder. Tan fácil ¿No?
¿Cuál es el afán de asustar a la gente con el tema del ‘Castro-chavismo’? ¿Sabía usted que el modelo económico de Venezuela está aquí, en Colombia, hace varios años y quien potencializó dicho modelo fue Uribe? Desde que se enseña economía en el Bachillerato se explica que el sistema económico colombiano pasó en la década de los 90 de un modelo de sustitución de importaciones al neoliberal de apertura económica y que, entre otras, las actividades principales que impulsan la economía son la extracción de petróleo y la explotación carbonífera, algo no alejado al modelo venezolano. ¿Sabía usted que la economía de Venezuela depende principalmente en el petróleo?:
La caída del petróleo golpea más a Venezuela: La salud financiera de ese país se encontraba en excelente condición cuando el precio del barril del crudo era de 100 dólares, entre 2013 y 2014. Ahora, los precios del petróleo han caído tan bajos como en el 2016 que llegó a los 28,36 dólares, el precio más bajo en 12 años, Mientras los precios del crudo mantengan mínimos históricos, Venezuela continuará con problemas para crecer. (“5 razones por las que Venezuela está en crisis económica”,2016, párr.7)  
Pues sí y si seguimos así, dependiendo primordialmente de exportar el petróleo, seguramente sí que seremos la próxima Venezuela. Pero ¿Cuál es el problema?
Recuerdo claramente una clase de una materia en la universidad “Cátedra de postconflicto”, al registrarme en ella pensé que sería como las otras electivas (Sí, era una electiva, algo ‘de relleno’) que había cursado anteriormente, pero para mi sorpresa, no fue así. Bien, en dicha materia había que investigar mucho sobre los conflictos que se habían generado en el mundo, como se iniciaron, por qué iniciaron, si hubo algún intento de llegar a un acuerdo y si lo hubo, jamás había investigado sobre algo diferente al conflicto que se vivía acá en el país. Algo que en una clase me llamó poderosamente la atención fue cuando el profesor dijo qué generalmente en los conflictos internos, había ciertos sectores de la sociedad que les convenía que hubiera guerra interna, por beneficios económicos principalmente y muchas veces esos sectores se podían inventar cualquier tipo de artimaña para hacer creer al pueblo que la contraparte es mala, o que traerá ruina si se le acepta en la sociedad, en otras palabras: Satanizan todo para que el pueblo caiga y el conflicto perdure y, por consiguiente, sus bolsillos sigan llenos de dinero. Eso fue antes del referendo por la paz, donde a muchos nos dijeron que, si se le daba el “Sí” a la guerrilla en la sociedad, ese grupo subversivo nos iba a inundar de castro-chavismo las tierras colombianas. Ese era su argumento satanizado para hacer creer al pueblo que el referendo era para entregarle el país a las FARC. Pasó lo que pasó, bien; ganó el ‘No’, luego el presidente se reunió con quienes decían no, a la final se incluyó a la guerrilla a la sociedad y se sometieron a consulta popular recientemente, el pasado 11 de marzo. No niego que, por un momento, en esos días antes del referendo, sentí miedo cuando me decían esos argumentos, los cuales olvidé cuando leí los acuerdos que se firmaron en La Habana y posteriormente en Cartagena, donde asistí. Pero ¿Qué pasó? ¿Las FARC se tomó el país en las elecciones? ¿Con las diez curules en el congreso se tomaron el país? ¿Con 52.539 votos, que sacaron exactamente, lograron hacerlo? Pero si esos 52.539 votos no son nada en comparación con los que sacó el Centro Democrático; unos 2’519,395, una bobada y ni compararlos con el total de los votantes en las elecciones, porque esos votos que recibieron las FARC representan el 0.34%. ¿Al pueblo colombiano se le olvidó eso?  ¿Cómo puede ser posible que el mismo cuento siga calando entre la gente? ¿Porque Uribe lo dijo cuando Santos se lanzó a la presidencia avalado por él y su partido político, en ese entonces? ¿Después de tantos años, de ver como se han malgastado nuestro dinero en corrupción, aún le siguen creyendo a esos mismos sólo porque digan que seremos la próxima Venezuela? ¡Son más de 16 años en el poder! ¡Hágame el favor! Eso debe ser un chiste, por favor. ¿Qué clase de ciudadanos le temen a vivir mejor, en paz, saludables, con los hijos educados, que no haya tantos niños en la calle pidiendo y muriendo de hambre? Porque no hay que ir a Venezuela para ver la gente muriendo de hambre, los invito a que vayan a la Guajira, aquí mismo en Colombia ¿Y por qué está así? ¡Por la corrupción de siempre! ¡Por un mal manejo de los recursos! ¡Por estos 16 años de mala administración!

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