No basta con desearlo, hay que hacer


La ayuda es buena, siempre y cuando se brinde en las condiciones adecuadas. Algo en exceso puede ser dañino. Es perjudicial ayudar demasiado, en algunos casos, porque la otra persona no sentirá la necesidad de moverse, porque sabe que estará tu ayuda siempre ahí. Suéltalos, déjalos que aprendan solos a caminar por la vida, que aprendan, que los golpes y caídas les enseñen que el futuro depende de lo que se haga en el presente, la vida de cada quien está en sus propias manos y nadie vendrá a salvársela.
La decisión de mejorar la condición de vida de cada uno, la toma esa misma persona. Sentados en la silla de la sala de su casa todo el día, viendo por el celular si la vecina montó una nueva foto (Una nueva forma de andar pendiente de la vida de los demás) no va a producir nada positivo, a menos de que le paguen por hacer eso, cosa que sería una rareza.
El poder de cambiar está dentro de las mentes de las personas, la cuestión está en dar el primer paso para salir de “La zona de confort” en que se vive. Lo que hay en las mentes de quienes no se atreve a hacer nada por mejorar  es escases: Escases de sueños, escasas de ganas de conocer más, escasas ganas de ganar conocimiento, escasas ganas de mejorar su entorno actual. Me pregunto: ¿En qué pensarán esas personas? Digo yo que es como querer ganarse la lotería, pero no comprar el billete. Posiblemente. Hay que dejar la “Esquezofrenia: Es que no puedo, es que me da miedo, es que no tengo tiempo, es que me da flojera.
Una vida sin sueños ni metas, es una vida vacía. Y entonces ¿Qué se puede esperar de una persona con una vida vacía?

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