Es hora de despertar, es hora de exigir

     Al analizar las problemática que está viviendo la Universidad del Atlántico con la escogencia del nuevo rector en propiedad del alma mater, al mirar algunos comentarios publicados en los diferentes grupos en Facebook, hay algunos que  llaman poderosamente la atención por la manera de argumentar o cuestionar los cierres que se han dado a la entrada del plantel educativo, las asambleas con el estudiantado en general y los mítines informativos. En algunas publicaciones, se les tilda de “Guerrilleros” a quienes están bloqueando el paso en la entrada y otros los llaman interesados, argumentan que todo lo hacen solo por intereses particulares, dicho eso, a continuación se citarán varios textos:
     Karl Jaspers en su texto “El problema de la culpa”, define varios tipos de culpas o responsabilidades y entre ellas, hay una que se asemeja a la cotidianidad de la vida del colombiano promedio: la culpa política que hace responsables a los miembros de un Estado por las actuaciones de éste. Incluso la abstención de votar no libera a la persona de las consecuencias de la manera en que es gobernada, ya que se ha tenido la posibilidad de participar (…) “Cada persona es corresponsable de la manera cómo es gobernada”. El carácter colectivo de la culpa política no debe conducir por lo tanto a lavar las culpas individuales. La culpa política deja intocada la responsabilidad individual por las propias acciones u omisiones. Apunta más bien a elevar la sensibilidad colectiva y la conciencia pública sobre la necesidad de actuar contra un régimen de terror que lesiona los sentimientos de dignidad y respeto.
     Por otro lado, según Eduardo Lindarte en un artículo publicado en el periódico El tiempo el pasado 19 de marzo de 2017, donde se explica las etapas del desarrollo moral, las cuales consisten en avanzar de una concepción centrada en el interés personal hacía el reconocimiento cada vez más extenso de los derechos ajenos. En los estudios sobre psicología infantil se han identificado varios niveles o fases sucesivas en el proceso de construcción moral:
En la fase de orientación egocéntrica, el yo y lo mío solo lo central
En el nivel etnocéntrico, los grupos a los cuales pertenezco y con los cuales me identifico pasan a ser el foco: La familia, la comunidad local o el país como un todo (por ejemplo, en el nacionalismo).
Bajo la orientación mundo-céntrica, toda la humanidad constituye mi foco de referencia.
Y en el plano cosmocéntrico, mi orientación se extiende a todos los seres vivos.
     Los niveles superiores de la escala anterior (mundo y cosmocéntrico) son esenciales para fundamentar una moral genuinamente interesada por los temas ambientales, por ejemplo. Y en el nivel etnocéntrico, el individuo necesita al menos abordar el país como un todo para fundamentar una moralidad genuinamente preocupada por la corrupción.
     Y aquí es donde está el problema: muy pocas personas alcanzan el nivel etnocéntrico ampliado. Es decir, a pocos les importa el país como un todo.
     Ahora bien, se sabe que existe corrupción dentro del país, pero muchos no hacen  nada por ello. Muchos solo aceptan por imposición de la clase política, lo que ellos quieren hacer con el país y se vive en un mundo de conformismo donde acepta lo que la clase política quiera dar, no sabiendo que el pueblo, aporta para sostener y mejorar el país, por ende, el pueblo está en todo su derecho de exigir resultados de la administración de los recursos, ojo exigir, no pedir migajas a conveniencia de particulares o los famosos contentillos. Vale destacar la definición de la palabra Funcionario, que según la real academia es el servidor público. Entonces, el funcionario sirve al público y no al revés, como se cree erróneamente.
     Llevándolo al plano de la universidad, pasa igual. En los comentarios que fueron publicados en Facebook hay que muchos les interesa culminar el semestre pronto, claro a cualquiera le int
eresa eso, pero también hay muchos que se interesan para que la calidad de la educación mejore para las generaciones futuras, se interesan para que los impuestos que paga el pueblo a diario se inviertan para lo que fueron destinado y no tengan desviaciones a última hora.
     No se puede permitir que por imposición de algunos pocos, se coloque en el puesto de rector de la universidad a un personaje que no refleje los intereses de los estudiantes, es inadmisible que se soslaye la decisión que tomó el estudiantado en una consulta popular, a sabiendas que si se escoge a un rector no interesado en mejorar el alma mater, los verdaderos afectados serán los estudiantes.
     Es preocupante que haya gente que no le interese o le interese poco el futuro de la universidad, que se preocupen más por sí mismo y no se avance hacía un plano más colectivo. Es preocupante que no se piense de verdad en los problemas más relevantes que hay en la universidad, y es más preocupante que haya personas que se encarguen de satanizar los actos de las personas que por lo menos demuestran un poco de interés por el alma mater, con el fin de que el resto de estudiante rechacen los actos que dichos personajes hacen.  Por eso se genera la pregunta: ¿Qué han hecho ellos por la Universidad?

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